Oración del Corderito Manso: Paz en el Trabajo y Fe

Oh, Corderito Manso, tú que siempre has sido tranquilo y sabio, hoy vengo a ti con mi creencia y con una gran necesidad que me perturba, que es la paz para el trabajo en donde laboro. Tú tienes el poder y la creencia en Dios, que hace que las cosas cambien. Con fe, yo te pido por medio de esta oración, la cual dedico para mi jefe. Del Corderito Manso, que mi creencia en ti es infinita. Coloco en tus manos a mi jefe, sabes que no me está tratando bien.

Hoy me siento triste, con el corazón quebrantado y el alma hecha pedazos, por causa de este problema que me está causando mi jefe. Te pido que me otorgues la paz a mi alma, para poder ver con mis propios ojos que mi jefe se arrepienta de la actitud que tiene para conmigo. Tú que has sido manso, ten misericordia de nosotros. Ayúdame a salir de esta prueba que me colocas, pues mi fe en ti es grande. No quiero perder mi trabajo por esta causa injusta, en la cual fui sometido.

Mi jefe no me tolera, vengo en ti auxilio, para que mi situación sea cambiada. Gracias, porque sé que tu amor es inagotable, así como mi fe, y sé que podrías cambiar esta situación para mejor, para positiva. Grande eres, te doy el honor y la gloria, mi amado Corderito, para que intercedas también con San Marcos, ante Dios, a fin de obtener mi milagro. Tú sabes cómo ha sido la relación que he llevado con mi jefe y las demás personas, pero él me ha hecho la vida imposible.

Ayúdame en este penoso momento, por el cual estoy pasando. Sé que tienes el poder de amansarlo para que todo funcione de la mejor manera. Corderito Manso, te pido por medio de Jesucristo, que es un gran vencedor, que yo pueda vencer el corazón de mi jefe. Para que principalmente alumbres su entendimiento, del mismo modo pueda comprender que su actitud no es correcta. Quiero que entienda que el comportamiento que tiene con sus empleados corta toda buena relación de trabajo.

Oh, Corderito Manso, tú que siempre has sido tranquilo y sabio, hoy vengo a pedirte a tu presencia. Por esta gran necesidad que hoy me perturba, te pido en este día que escuches mis plegarias, que en realidad necesito que sean escuchadas. Requiero de tu ayuda como de tu benevolencia. Mi Corderito, abogo a tu presencia, porque así como eres manso y noble, así quiero que actúes con mi jefe, para que vea el problema más claro.

Que si mi jefe llega a intentar algo contra mí, domínalo, mi Corderito Manso, no se lo permitas, amansa su corazón y sus malos sentimientos. Ayúdame a recuperar de nuevo mi paz, como también mi tranquilidad, que a través de mis ojos, mi jefe pueda ver todo lo que está pasando. De este modo, su corazón se convierta y pueda ver todo lo bueno, para que así, pueda entender mi situación. Mi piadoso Corderito, yo te aclamo y te bendigo, en el nombre de Jesús, en mi auxilio vengas.